La musicoterapia es una terapia que utiliza el sonido, la música y los instrumentos corporales y musicales para establecer una relación entre musicoterapeuta y sujeto. Etimológicamente significa “terapia a través de la música”. Se valoriza el aspecto terapéutico sobre el musical y puede ser aplicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de posibles dificultades o trastornos que presentan las personas.
La musicoterapia es el uso profesional de la música y sus elementos como una intervención en entornos médicos, educacionales y cotidianos con individuos, grupos, familias o comunidades que buscan optimizar su calidad de vida y mejorar su salud y bienestar físico, social, comunicativo, emocional, intelectual y espiritual. La investigación, la práctica, la educación y el entrenamiento clínico en musicoterapia están basados en estándares profesionales acordes a contextos culturales, sociales y políticos. (Revisada por la WFMT en 2011)
Ayuda a que el individuo se entienda mejor a sí mismo y a su propio mundo, llegando así a adaptarse mejor a la sociedad. Como miembro de un equipo terapéutico, el musicoterapeuta participa en el análisis de problemas individuales y en la selección de objetivos generales de tratamiento antes de planificar y dirigir actividades musicales. Se realizan evaluaciones periódicas para determinar la efectividad.
Según el Dr. Rolando Benenzon: La Musicoterapia es el campo de la Medicina que estudia el complejo sonido-ser humano-sonido; para utilizar el movimiento, el sonido y la música, con el objetivo de abrir canales de comunicación en el ser humano, para producir efectos terapeúticos, psicoprofilácticos y de rehabilitación en el mismo y en la sociedad.
Es interesante de qué manera a través de la musicoterapia se pueden abrir canales de comunicación no-verbales que permiten expresarse de una manera no tan explícita, más libre. Sin necesidad de que el sujeto tenga conocimientos musicales puede ser capaz de vincularse y establecer la relación con el otro. De esta manera, se da lugar a que puedan expresarse emociones y vivencias que se quedan muchas veces atrapadas en el inconsciente. La musicoterapia (que, precisamente de entre todas las especialidades médicas, utiliza elementos abstractos que no se ven y que sólo se perciben con el transcurrir del tiempo) es la técnica que más se dirige a la globalidad del individuo. (Benenzon, 2000)
Como decía, a diferencia de otras terapias, la musicoterapia proporciona medios alternativos de comunicación (movimientos, gestos, signos) además de las palabras, lo cual facilita explorar desde otro lugar las capacidades expresivas del individuo y de manera abstracta. Por otro lado, ofrece situaciones de juego en las que compartir el placer de la experiencia con otras personas, siendo la música un elemento de interacción no verbal ideal. El musicoterapeuta se acerca con suavidad al individuo mediante la música atento a sus reacciones y estímulos. No se plantean siempre las mismas tareas ya que cada experiencia musical es diferente, incluso irrepetible, puesto que es el resultado de un proceso creativo en el que intervienen multitud de variables personales. El hecho de utilizar la música terapéuticamente constituye un intento de humanizar al individuo y que experimente otras maneras de relacionarse con su entorno.
El trastorno del espectro autista (TEA) es el nombre que se le ha dado a un amplio conjunto de anomalías y desfases evolutivos observables. La enorme diversidad de manifestaciones psicopatológicas del autismo, hace que sea muy complicado, o incluso inadecuado, encuadrar a estas personas en un modelo de trastorno primario único. Por esta razón, nace el concepto de espectro autista, para agrupar todas aquellas características que definen a las personas con autismo relacionando explicaciones y tratamientos.
Fueron los estudios de L.Wing K.Gould (1979) los que dieron origen a la idea de un espectro autista. Mediante sus investigaciones llegaran a la conclusión de que los rasgos del espectro autista no se producen sólo en las personas con trastorno profundo del desarrollo sino en otras cuyo desarrollo está afectado por diferentes causas (retraso metabólico o genético), epilepsias de la primera infancia acompañadas de retraso mental, alteraciones asociadas a cuadros de discapacidad sensorial, etc.
Se diferencian cuatro dimensiones afectadas de forma variable:
Dimensión Social:
- Trastornos cualitativos de la relación social.
- Trastornos de las capacidades de referencia conjunta
- Trastornos de las capacidades intersubjetivas y mentalistas
Dimensión de la Comunicación:
- Trastornos de las funciones comunicativas
- Trastornos cualitativos del lenguaje expresivo
- Trastornos cualitativos del lenguaje receptivo.
Dimensión de la Anticipación y la Flexibilidad:
- Trastornos de las competencias de anticipación
- Trastornos de la flexibilidad mental y comportamental
- Trastornos del sentido de la actividad propia.
Dimensión de la Simbolización:
- Trastornos de la imaginación y de las competencias de ficción.
- Trastornos de la imitación
- Trastornos de la suspensión
A continuación detallo de qué trata concretamente cada dimensión. La dimensión social que señala las dificultades para relacionarse con iguales. Dificultades para la comprensión de las intenciones de los demás y la interpretación de sus emociones. Debido a que muestra dificultades para entender el lenguaje figurado, los dobles sentidos y las indirectas. De la misma manera, tiene dificultad para empatizar y contagiarse de las emociones de otra persona. En la dimensión de la comunicación se comprenden las deficiencias del lenguaje, el habla y la comunicación que no pueden atribuirse a otras afecciones médicas o neurológicas. Por otro lado, tienen problemas con el uso del lenguaje para expresar lo que piensan o necesitan. Puede haber una capacidad por debajo de lo normal en cuanto a vocabulario, decir oraciones complejas y recordar palabras. En la dimensión de la anticipación y la flexibilidad se reconoce ausencia de conductas anticipatorias en las que está directamente implicado, no es capaz de adelantarse a un evento antes de que ocurra. Se reconoce también la dificultad para adaptar su pensamiento o comportamiento a situaciones o información nueva. Así como, dificultades para integrar la información que tiene como resultado conductas sin meta e inaccesibilidad a conductas externas que dirijan la acción, hasta la realización de actividades complejas, y de ciclo largo. En la dimensiones de la simbolización nos encontramos con carencias en el juego de ficción, no siendo capaces de hacer metarrepresentaciones y estando siempre sujetos al significado literal del mundo que les rodea. Encontramos también dificultades en la capacidad de reproducir patrones realizados por otras personas, tanto acciones motoras como hábitos, rutina y formas de hacer. En esta dimensión también entra la dificultad de realizar gestos significativos. Interrumpir una acción con el fin de convertirlo en un símbolo o referente para comunicar algo.
Musicoterapia y el trastorno del espectro autista.
A la hora de aplicar la musicoterapia en estos casos no existen reglas universales sobre cómo debe aplicarse, ya que hay grandes diferencias entre los diferentes casos. De hecho, puede ser que no todos reaccionen positivamente. Aunque Benenzon la considera la primera técnica de acercamiento a un niño o niña con estas características, que permite la apertura de canales de comunicación. La música en sí misma ofrece un elemento espacio-temporal estructurado que ayuda a anticipar y predecir lo que va a suceder, aspecto a tener en cuenta al trabajar con estos casos. Los códigos y señales de la música son claras y ayudan a relacionarse con el sujeto desde lo no verbal. Si se podría generalizar en el aspecto de que casi todos los niños y niñas con TEA carecen de confianza en sí mismos, debido a que no creen en su propia fuerza y potencial. A través de la musicoterapia podemos hacer que recuperen su autoestima aportándoles experiencias gratificantes en las que ellos pueden participar de una forma musicalmente activa, sintiéndose capaces de relacionarse, comunicar y crear.
La idea es proponer actividades que tengan en cuenta la manera en la que el niño o niña percibe el mundo. Uno de los aspectos fundamentales que se puede trabajar en casos con TEA es romper patrones de aislamiento, fundamental para mejorar sus procesos cognitivos y perceptivos. Varios estudios han verificado que las personas con esta patología muestran mayor interés a estímulos sonoros que son musicales, y a su vez, también se ha demostrado que la musicoterapia influye de manera significativa y positiva al tratar casos con TEA, estimulando su exterior sin necesidad de un contacto humano directo. Otro aspecto a trabajar sería la comunicación a todos los niveles. Que puedan expresar sentimientos y emociones, comunicarse con el mundo exterior. Fomentar una mayor comprensión del lenguaje y el deseo de comunicarse, mejorando las habilidades sociales. Además, las sesiones de musicoterapia también proporcionan libertad de comportamiento a los niños y niñas, permitiéndoles de esa manera una expresión libre. Trabajando este último aspecto puede ayudarles a que sean más espontáneos en su comunicación.
El placer que los individuos obtienen de la comunicación cuando ésta funciona bien, constituye la fuerza motriz que los induce a buscar relaciones humanas. La comunicación frustrante se manifiesta, por el contrario, en un incremento de la formación de síntomas y tiende a hacer que los individuos se retraigan respecto a las redes de comunicación que funcionan mal. La comunicación gratificante es la piedra angular de la salud mental. (…) El terapeuta conduce la comunicación de tal manera que el paciente se vea expuesto a situaciones e intercambios de mensajes que eventualmente producirán relaciones sociales más gratificantes. (Benenzon, 2000)
Por otro lado, la musicoterapia al ser una terapia no-verbal permite acercarse a los casos con TEA tanto verbales como no verbales. Con los casos no verbales se podrá hablar el mismo lenguaje desde lo musical e incluso imitando los sonidos que pueda emitir con su voz. Con los casos verbales permite abrir otras posibilidades de comunicación desde lo no verbal para poder expresar posibles emociones reprimidas y del inconsciente. El lenguaje hablado necesita forzosamente de un contexto social para ser entendido y de una historia común para ser comprendida. Cuantos más elementos del contexto no-verbal lleve adherido un símbolo, mejor será su objetivo de comunicación. (Benenzon, 2000)
En resumen, estos son algunos los objetivos que se pueden trabajar en estos casos:
- Aumentar su capacidad de atención creando experiencias musicales interesantes y estimulantes para ellos.
- Mejorar la imagen que tienen de ellos mismos y la conciencia sobre su cuerpo
- Aumentar su conciencia sobre otros y sobre lo que les rodea
- Desarrollar su capacidad de comunicación
- Desarrollar su capacidad cognitiva
- Desarrollar su habilidad de usar su energía con un propósito
- Desarrollar su sistema motor grueso
- Desarrollar su sistema motor fino
- Aumentar su capacidad auditiva
- Aumentar su capacidad perceptiva
- Aumentar su capacidad visual
- Disminuir comportamientos inapropiados (estereotipados, compulsivos, auto-abusivos, impulsivos…)
- Aumentar sus interacciones con otros compañeros
- Estimular su imaginación y creatividad
- Proveer espacio para su libre expresión